Internet, como todos sabemos, es un medio global al que se conectan día tras día millones de personas alrededor del mundo, pero de lo que no somos realmente conscientes es de la cantidad de datos que se obtienen de cada una de esas conexiones y dónde pueden ir a parar.
En un mundo como el de internet donde cada dato que aportamos o “subimos” es almacenado de por vida (por mucho que creamos que lo hemos eliminado) merece la pena pensarse dos veces qué información compartimos y cuáles pueden ser las consecuencias de nuestra decisión, o dicho de otra forma, a qué nos estamos exponiendo al tomarla. Tomar conciencia de los riesgos a los que nos exponemos en internet es el primer paso, pero conocer en qué consisten términos como huella digital¿Qué es la huella digital? Cuando hablamos de huella digital nos solemos referir al rastro de información que todos los… o identidad digital es igual de imprescindible. Así que si quieres saber un poco más acerca de este tema y conocer en qué consiste realmente el concepto de identidad digital y cómo podemos protegerla, entonces no le des más vueltas y sigue deslizando 😉
Índice
En qué consiste la identidad digital
Identidad digital es un término que suele llevar a confusión a numerosos internautas, que terminan vinculando este concepto con el de reputación digital y, aunque es cierto que ambos tienen cierta relación, debemos aclarar que no son sinónimos.
La identidad digital está compuesta por todos los datos que, como hemos mencionado previamente, subimos a la red, ya sean fotos, datos personales o incluso cada una de las preferencias que las cookies de los diferentes sitios web a los que hemos accedido han ido recolectando. Esta idea la podemos ver perfectamente reflejada en el documental de Netflix “El dilema de las redes sociales” que, aunque está enfocado en el uso que hacemos, especialmente los jóvenes, de las redes sociales, nos muestra cómo gracias a todos los datos que aportamos de manera consciente o inconsciente en internet cualquiera que obtenga estos datos puede hacerse una idea exacta de cómo somos, cómo actuamos, cuáles son nuestras preferencias y hasta conocernos mejor que nosotros mismos. (Así que si aún no lo has visto y quieres profundizar un poco más en el tema, ¿a qué estas esperando?)
Por otro lado, la reputación digital está más relacionada con cómo son percibidas por otros usuarios nuestras acciones en internet, de tal manera que el contenido de nuestra identidad digital sí puede afectar a nuestra reputación online. Si, por ejemplo, una marca publicase unas fotos que pudieran ser mal vistas por su target o la sociedad en general, además de nutrir su identidad digital con nuevo contenido, estaría comprometiendo su reputación online.
Cómo podemos proteger nuestra identidad digital
Así que una vez visto en qué consiste la identidad digital y cuál es su importancia, es el momento de conocer qué debemos hacer para protegerla.
Proteger tu identidad digital es, en definitiva, proteger también tus dispositivos, pues la finalidad última de los malware no es otra que la de obtener tus datos personales, número de cuenta bancaria o cualquier dato con el que extraer algún beneficio o poder extorsionarte para obtenerlo (si quieres saber más sobre este tipo de softwares y sus características, aquí te dejamos nuestro post sobre los 8 ciberataques más comunes a lo que te puedes enfrentar). Para evitar que esto suceda, aquí te dejamos los pasos que debes seguir:
- Revisa tu huella digital: otro concepto muy relacionado tanto con la reputación digital, cómo con la identidad digital es el de la huella digital. Conocer el rastro que hemos ido dejando en internet nos puede ayudar a hacernos una idea de la información, o datos, que hemos ido proporcionando y ser un poco más conscientes de nuestros patrones de conducta en la red. Además, a raíz de esta búsqueda, siempre puedes asegurarte de desactivar ciertas cookies, eliminar tu suscripción de ciertas newsletters o darte de baja de páginas web o apps que ya no visitas y a las que no quieres permanecer más tiempo vinculado.
- Ser consciente del contenido que cuelgas en internet: como ya hemos dicho, este paso es fundamental si queremos proteger nuestra identidad en la red, ya que, por muy inocente que resulte el envío o aportación de ciertos datos, nunca están libres de consecuencias y de permanecer almacenados en la red. Este puede ser el caso de datos tan sensibles como el número de cuenta bancaria o tus claves.
- Revisar antes de aceptar las políticas de privacidad de apps y sitios web: por suerte, las legislaciones relacionadas con la protección de datos en internet han evolucionado bastante, especialmente en la Unión Europea, así que aprovechándonos de ese paso ahora podemos ver qué aceptamos y qué no al acceder a cada sitio web. Así que a partir de ahora ni se te ocurra aceptar todas las cookies a lo loco y dedica 1 minuto a leer y aceptar hasta qué punto quieres ver comprometida tu privacidad.
- Apostar por una navegación segura: para conseguirlo, unos de los consejos más recomendados por los experto (además de entrar en webs seguras que contengan un https antes de la URL) es no conectarse a redes libres y desconocidas y actualizar regularmente el software de tus dispositivos, pues al igual que los virus, estos se van actualizando para ser más efectivos contra ellos.
- Utilizar contraseñas seguras: por razones obvias, utilizar contraseñas con datos personales fácilmente identificables como fechas de cumpleaños o tus apellidos, no es muy útil en lo que a ciberseguridadLa ciberseguridad es un campo multidisciplinario que se enfoca en proteger los sistemas informáticos, redes, dispositivos y datos de amenazas… se refiere. Por eso, es recomendable que, a parte de no apuntar estas contraseñas en ningún dispositivo digital, utilices contraseñas de más de 8 caracteres y que esto sean lo más aleatorios posibles y, por supuesto, no utilizar la misma para todo.
Y hasta aquí llega nuestro post de esta semana, esperamos que te haya sido útil. Síguenos en redes sociales y haznos llegar tu opinión 🙂