Artículo escrito por María Teresa Gómez Hernández
Una importante crisis económica y una pandemia son el detonante para que hayamos alcanzado altas tasas de paro durante estos últimos años, afectando este incremento principalmente a un alto porcentaje de trabajadores que superan la cincuentena.
Son trabajadores con un nivel formativo básico o medio, con escasa formación en determinadas materias ligadas con la tecnología, y baja experiencia en el uso de las nuevas TIC´S, que se encuentran con diversos obstáculos para acceder a un puesto de trabajo que encaje con su perfil profesional o con su formación.
Estos trabajadores han sufrido los recortes laborales derivados de los problemas económicos y sociales vividos por la economía de nuestro país, provenientes de despidos colectivos, de expediente de regulación, y que cuando intentan acceder a un puesto de trabajo, además de la edad, tienen que lidiar con la diferencia en el nivel formativo con las nuevas generaciones y con el escaso uso de las herramientas informáticas, el uso de Internet y los nuevos procedimientos de trabajo.
Durante estos años, en el campo de la formación a desempleados, hemos podido encontrar un elevado porcentaje de alumnos con estas características, que están reciclándose con el objetivo de poder competir con las nuevas generaciones, que, aunque les falta experiencia profesional, están mejor cualificados en materia de contenidos y conocimientos.
Los alumnos llegan buscando actualizarse sobre todo en el uso de las herramientas de Ofimática, en el uso de las nuevas tecnologías como: correo electrónico, uso de navegadores de Internet, consulta de páginas web oficiales, uso de formularios en las webs, etc; pero también buscan reciclarse, porque muchos de ellos tienen titulaciones universitarias que se han obtenido hace ya casi dos décadas, o que en su día sólo consiguieron el Graduado Escolar, Bachillerato, o un módulo de F.P., y necesitan actualizar conocimientos, ampliar, u obtener nuevas titulaciones necesarias para el desempeño de los puestos de trabajo a los que optan.
Son alumnos que se han dado cuenta que es necesario la FORMACIÓN, aunque se haya superado cierta barrera de edad, porque el formarse NO TIENE EDAD, solo se necesita tesón, actitud positiva, afán de superación, energía y hambre de saber.
Todo ello hace que los alumnos se vuelquen en el estudio de aquello que les hace CRECER en el ámbito laboral, porque el objetivo de la FORMACIÓN PARA EL EMPLEO es que la persona pueda incorporarse a un puesto de trabajo para el que se ha formado, y que pueda acceder a trabajos que estén relacionados con aquello para lo que se ha preparado.
Estas personas, en su gran mayoría ponen un enorme tesón para vencer el miedo a las nuevas tecnologías, sobre todo, porque es uno de los hándicaps con los que se encuentran a la hora de optar a una oferta de trabajo.
Hoy en día, la tecnología ha invadido todos los procedimientos laborales, sobre todo, en aquellos que se encuadran dentro de los departamentos de Administración, Gestión Contable, Recursos Humanos, pero también en los departamentos Comerciales, de Atención al cliente, y cómo no, en los departamentos Técnicos y de Producción.
La mayoría de las comunicaciones entre la empresa y los trabajadores se realiza utilizando los servicios de mensajería instantánea o el servicio de correo electrónico, y mucha de la mano de obra que está buscando trabajo con más de 50 años se encuentra con una gran carencia en este tema. NO se les ha formado para el uso de estas herramientas, pero SÍ que se les exige para el desempeño de sus tareas en el puesto de trabajo.
«La formación es necesaria durante toda la trayectoria profesional»
Por ello, es aconsejable que todo este colectivo venza el miedo al uso de los ordenadores, y a pesar de no estar ya en edad de formarse, como muchos de ellos indican cuando se les ofrece formación, dediquen, mejor dicho, inviertan parte de su tiempo en formarse en estas materias. Es una inversión que hará que no se les desvincule de una búsqueda de empleo activa.
Durante todos los años que llevo ejerciendo la profesión de Docente, me he percatado de la gran necesidad de FORMACIÓN durante toda la trayectoria profesional de determinados sectores profesionales, siendo más evidente en esta década, al ver el alto número de desempleados que intentaban buscar un empleo, pero que carecían del nivel formativo necesario para ello, o que sus conocimientos se habían quedado obsoletos en el pasado.
NO ES SUFICIENTE con la obtención en su momento de la titulación que proyectamos para ese futuro más inmediato en nuestra juventud, porque la economía es cambiante, y también los métodos de trabajo, y las herramientas. Todo avanza, ¿por qué nosotros nos quedamos anclados en el pasado formativo? Si un mecánico aprende a usar las nuevas máquinas para reparar los automóviles, o un fontanero se forma en el uso de los nuevos materiales para las instalaciones de agua, ¿por qué no nos formamos en nuevas tecnologías? ¿o en los nuevos métodos de comunicación? ¿o en el uso de herramientas que nos permitan mejorar en nuestro día a día laboral?
Nuestra edad no puede ser una barrera para la formación, porque las nuevas generaciones vienen pisando fuerte, y la balanza empresarial muchas veces se inclina a favor de los nuevos conocimientos, dejando a un lado la experiencia dilatada. Porque estas generaciones tienen una amplia gama de herramientas para, una vez que están dentro de las empresas, mejorar en los procedimientos y procesos.
NO DEBERÍAMOS de tener en cuenta de la necesidad de formación cuando estamos fuera del mercado laboral, porque una formación continua puede ayudarnos a que el tiempo de búsqueda de empleo, o de cambio de puesto sea menor.
Necesitamos que toda la fuerza de trabajo que ha salido del mercado laboral en estos últimos años, con más de 50 años, se reciclen lo antes posible y que puedan volver a su actividad. La formación tiene que ser un escalón que nos ayude a alcanzar la meta, pero la edad no debe ser un obstáculo para formarnos, al contrario, debe ser una motivación para competir con las nuevas generaciones.
También es extensible para todas aquellas personas que trabajaban en sectores con una alta contratación temporal, que al verse modificada la normativa relativa a este tipo de contratación, han sido perjudicados y han visto cómo se cerraba la vía de acceso al mercado laboral, por ejemplo: personal del sector de la hostelería, construcción, asistencia sanitaria a personas mayores, trabajadores del sector agrario, etc. Todos ellos, que, durante años, han trabajado en el mismo sector con contratos temporales, con la nueva normativa no han conseguido renovar su contratación, y se ven con una edad por encima de los 45 años, sin una formación adecuada, y que no pueden incorporarse a otros sectores por carecer de la titulación necesaria para determinados puestos de trabajo. Este grupo de trabajadores necesitan de esa formación que hemos venido hablando en este artículo, porque gracias a esta formación será posible el cambio de sector y la adaptación a nuevos puestos de trabajo.
Como resumen, debemos formarnos a pesar de la edad que tengamos, porque nunca se sabe cuándo serán necesarios esos conocimientos conseguidos.