El visual thinking es la representación gráfica de pensamientos e ideas a través de dibujos, imágenes sencillas o textos breves que captan la esencia de lo que queremos transmitir. Estas representaciones pueden estar estructuradas de manera lineal, circular, por grupos o de una manera caótica.
Para llevar a cabo la técnica de visual thinking se deben seguir los siguientes pasos:
El aprendizaje de la metodología de visual thinking no consiste únicamente en analizar un texto y comprenderlo para realizar de manera más atractiva creatividades a través de videos, podcasts, imágenes, esquemas, etc. El visual thinking tambiénse utiliza en ámbitos como la educación, el mundo empresarial o el marketing para transmitir ideas de manera fácil, sencilla y original. Estos son algunos de los beneficios que nos puede aportar:
Esta técnica cada vez se encuentra más presente en la formación. Para emplearla en este ámbito se necesitan elementos sencillos como un papel y un bolígrafo o una pizarra y un rotulador. Sus aplicaciones más comunes son las siguientes:
La metodología visual es una apuesta pedagógica ágil, y para ser implementada con facilidad, podemos servirnos de diversas herramientas online. Ya sea para aplicarse en el aula o en la empresa, existen recursos digitales con las que se puede desarrollar el visual thinking tales como:
Ya sea en los negocios, en la escuela o en la universidad, los protagonistas del pensamiento visual son, casi siempre, idénticos.
En primer lugar tenemos la idea, el concepto que queremos transmitir.
A continuación, el dibujo. Independientemente el formato (esquema, infografía, ilustración…)
Finalemnte, la explicación. Para que cada receptor pueda vincular esta explicación con el dibujo que observa. Este modo de interpretación tiene mayor profundidad de comprensión y razonamiento.
Como ya hemos comentado, este método de formación tiene un potencial extraordinario en los diferentes niveles educativos.
Desde una edad temprana, donde hacer que niños entiendan conceptos más abstractos puede ser complicado, hasta edades más adolescentes, donde el pensamiento crítico de cada individuo debe cultivarse.
Veamos ejemplos tangibles de cómo aplicar el visual thinking en las aulas.
En la educación primaria el razonamiento a través de imágenes cobra un mayor sentido.
Enfrentarse a conceptos matemáticos, agrupar periodos históricos o acontecimientos políticos es una tarea complicada en las edades tempranas, donde nuestra inteligencia está aún evolucionando.
Todos aprendimos a dividir en algún momento de nuestra vida. Es algo que usamos a diario.
Enseñar a un estudiante de primaria a dividir, sin el clásico ejemplo visual de cómo repartir ocho manzanas entre dos personas, puede ser una odisea, tanto para aprender, cómo al retener la información.
Imaginemos explicar la vida literaria de un autor. Desde donde nace, que estudia, el orden cronológico de sus obras, etc.
La retención por parte del estudiante será mayor si se le entrega una línea del tiempo con dibujos, antes que un texto con diez párrafos.
En esta etapa académica, apostar por el Visual Thinking para aligerar y facilitar el estudio de grandes cantidades de información es todo un acierto.
¿Cómo explicar la historia del dinero? ¿De qué manera retener la operatividad de una multinacional y todos sus flujos de actividad?
Conceptos técnicos, con evoluciones complejas, o con un alto nivel de detalle reclaman un apoyo visual para su entendimiento.
Es una de las mejores asignaturas para aplicar el Visual Thinking. Una infografía sobre cómo funciona un músculo, o sobre cómo hacer realizar la mecánica de un ejercicio, siempre será más fácil que una explicación del docente.
En el ámbito laboral, el pensamiento visual es un recurso muy valioso ¿Sabías que al aplicarlo la capacidad para tomar mejores decisiones aumenta en un 21%?
Además puede ahorrar hasta un 21% el tiempo de las reuniones. En el mundo de los negocios, los recursos de visual thinking más comunes en empresas son: